La lectura y la escritura no son aprendizajes mecánicos, son aprendizajes complejos y fundamentales cuya transferencia cognitiva y afectiva va mucho más allá de lo que generalmente consideran los padres de familia. Ambos aprendizajes se consideran esenciales para la vida, a la par del pensamiento lógico- matemático. Son herramientas importantes para desarrollar niveles cada vez más elaborados de pensamiento, comunicación e interacción positiva con los demás y con el medio.
Actualmente, la capacidad para aprender a lo largo de toda la vida es no sólo una necesidad, por la velocidad con que avanza la ciencia y la tecnología, sino que es también un derecho de todos, que tiene que ver con la equidad que tanto necesitamos para acortar las brechas.
Garantizar estos aprendizajes en todos los estudiantes, es un compromiso sociopolítico y ético. El avance de la tecnología en el campo de la comunicación y de la información, llevó a pensar que la imagen y la palabra hablada reemplazarían ventajosamente a la lectura y la escritura, ha sido todo lo contrario, la habilidad lectora ha crecido porque la información llega principalmente por escrito.
No basta con leer mecánicamente, tenemos que desarrollar habilidades que nos ayuden a comprender, seleccionar, organizar, procesar y utilizar la información. El uso de sistemas informáticos requiere la aplicación de habilidades lectoras, de escritura y de pensamiento lógico.
La lectura ayuda a:
Lograr una mayor atención y concentración.
Desarrollar la capacidad de decodificación y comprensión de mensajes.
Empatizar, salir de sí para ponerse en el lugar del otro.
Escuchar y aprender de los demás.
Ponernos en contacto con nuestra propia interioridad, confronta permanentemente otras ideas y sentimientos con las de uno mismo.
Ponernos en contacto con el mundo, con el conocimiento, con otras realidades, con el pasado, con diversas opiniones.
Ampliar el panorama y a desarrollar criterios para comprender e interpretar la realidad. Estar actualizados, quien no lee queda desfasado.
Incorporar formas y procesos lingüísticos: ortografía, vocabulario, modelos de construcción y de composición.
Pasar de niveles simples de decodificación a niveles complejos y profundos de análisis y a transferirlos a distintas situaciones de la vida.
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