Frente a una sociedad cada vez más diversa nos parece importantísimo promover la inclusión tanto en la escuela, como en los hogares.
Al fomentar una cultura de inclusión, se promueve la aceptación y el bienestar de todas las personas, apoyando a las que tienen capacidades diferenciadas para que se puedan hacer valer sus derechos y oportunidades de desarrollo, para que se puedan involucrar de manera activa tanto en sus círculos más cercanos, como en la sociedad en general.
Al final, la inclusión hace que las diferencias entre las personas (con o sin necesidades especiales) dejen de ser vistas como una limitante, y más bien estas impulsen a que nuestro mundo sea cada vez más inclusivo para todos los que lo habitamos.
¿Cuál es la diferencia entre integración e inclusión?
Aunque muchas veces son utilizadas como sinónimos, la integración y la inclusión poseen bases filosóficas diferentes Mientras que la integración enfatiza las diferencias de las personas, la inclusión se centra en sus competencias.
Esto quiere decir que la primera sólo busca participar a las personas con capacidades diferenciadas sin modificar algo en su entorno, mientras que la segunda busca la transformación del sistema social y educativo, partiendo de los principios de la cooperación y la solidaridad, y respetando el derecho a la singularidad de cada persona.
¿Cómo lograr la inclusión?
La inclusión requiere de trabajo en equipo, es vital que tanto familiares, como maestros y personal administrativo trabajen en conjunto en la búsqueda de las mejores prácticas para apoyar el aprendizaje de los niños y jóvenes con necesidades especiales, fomentando en toda la comunidad los principios como el respeto, la solidaridad, la autonomía y el compañerismo.
¿Qué hacer para promover la inclusión?
Eliminar barreras: en la escuela y en el hogar es importante adaptar los espacios físicos para garantizar que todos por igual tengan acceso a ellos.
Promover nuevas formas de interacción: fomentar amistades donde se acentúen los puntos en común y se vean las diferencias como una posibilidad de aprendizaje mutuo.
Probar distintos métodos: las escuelas deben diversificar sus prácticas educativas para que todos los estudiantes tengan acceso a la información que necesitan aprender. Y modificar en la medida posible los espacios para favorezcan las necesidades de los estudiantes.
La inclusión es uno de los mayores retos sociales, es importante educar con el ejemplo para que los más jóvenes aprendan a tolerar las diferencias y a apoyar a los demás sin importar el tema o la actividad que se les dificulte.
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